martes, 31 de agosto de 2010

Dos años

Veinticuatro meses después, cuatrocientos dibujos con texto y mucho tiempo dedicado sobre la mesa fría y caliente, en la que se fracturaron los lápices al afilar o lijar su punta y mis manos se volvieron color ladrillo y sepia, a veces mi camisa también. Respiré su polvo y aspiré el olor de la laca que fija las partículas. Manoseé los libros como reliquias. Setecientos días después continuo.

1 comentario:

Molly dijo...

felicidades!! un brindis por el presente y por el futuro, y que sean muchos ´mas...

 
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